La mujer atendió a Manuel García Viejo en el hospital Carlos
III, que falleció el pasado 26 de septiembre por la enfermedad, y a
Miguel Pajares, el primer español contagiado por el virus. Empezó a
mostrar síntomas el 30 de septiembre, pero no acudió al hospital.
Una auxiliar ténico-sanitaria que atendió en el hospital Carlos III
de Madrid al misionero Manuel García Viejo, fallecido el pasado 25 de
septiembre por ébola, ha dado positivo al virus. Anteriormente trató al
religioso Miguel Pajares,
el primer español infectado por esta enfermedad.
El
director general de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid,
Antonio Alemany, ha descartado que la auxiliar contagiada por ébola
hubiese contraído el virus a través de una
exposición "accidental".
Ha explicado que la mujer tuvo contacto con el enfermo solo en dos
ocasiones: una para la atención directa del misionero y otra tras su
fallecimiento.
El director general de Sanidad ha indicado que la
paciente inició unas vacaciones tras la muerte del misionero Manuel
García Viejo el 25 de septiembre y que empezó a mostrar
"sintomatología vaga"
cinco días después. Ha manifestado que ahora hay que "abordar"
cualquier contagio "susceptible", lo que están haciendo "ahora mismo" un
equipo de epidemiólogos de la Comunidad de Madrid.
Preguntado por
posibles contagios, Alemany ha dicho que ha contactado con los
profesionales del Summa que atendieron a esta mujer y con profesionales
de Alcorcón.
Primer contagio en Europa
La segunda prueba realizada a la profesional sanitaria también ha dado positivo, convirtiéndose así en el primer caso contraído en Europa, según han informado fuentes sanitarias.
La mujer, que trabaja habitualmente en el hospital Carlos III de
Madrid donde tuvo contacto con el religioso fallecido, se presentó hoy
en el hospital de Alcorcón al sentir que podía tener fiebre, momento en
el que fue aislada y sometida a las correspondientes pruebas.
Según el protocolo, a todas las personas que están en contacto con
enfermos de ébola, durante 21 días se le toma la temperatura dos veces
al día para comprobar si tienen fiebre. Tras conocerse la situación, un
gabinete de crisis presidido por la ministra de Sanidad, Ana Mato, se
encontraba reunido esta tarde de urgencia en la sede de su departamento.
Este contagio se produce
9 días después del fallecimiento de García Viejo
, quien fue repatriado de Sierra leona el pasado 21 de septiembre y
fallecía 5 días después tras sufrir un "empeoramiento" dentro de la
gravedad que ya mantenía, al verse afectado por una "importante
deshidratación" y una afectación hepato-renal.
La historia se
repetía, ya que anteriormente, el sacerdote Miguel Pajares afectado por
el virus del ébola y también repatriado a España, se convertía en el
primer europeo que fallecía por el virus en el continente, el pasado mes
de agosto. Desde que comenzó el brote, se han registrado más de 20
posibles casos de ébola en once comunidades autónomas, y en todos ellos
los análisis han dado un resultado negativo.
La infectada de ébola acudió con síntomas a una prueba y la dejaron irse de vacaciones
"No llegaba a 38,6 grados de fiebre", ha dicho el director de Atención Primaria de Madrid
A
pesar de haber estado en contacto directo con el misionero infectado y
sentir malestar, no se consideró necesario el aislamiento
La auxiliar entró dos veces en la habitación del paciente: una vez para atenderlo y otra para recoger material tras su muerte.
La auxiliar de enfermería infectada de ébola tras
tratar al misionero fallecido Manuel García Viejo presentó síntomas
cuatro días después de la muerte del sacerdote. El 30 de septiembre, la
sanitaria tenía "sintomatología vaga", como lo ha llamado el director
general de Atención Primaria de Madrid, Antonio Alemany. Según éste,
"como no llegaba a 38,6 grados, que es lo que se aplica como criterio
para el ébola", no se tomaron mayores medidas.
La enfermera entró en dos ocasiones en la habitación del Hospital
Carlos III donde permanecía el sacerdote Manuel García Viejo. Una para
atenderlo y otra para recoger material tras el fallecimiento del
misionero el 25 de septiembre. Una vez terminado este servicio, se
marchó de vacaciones. El 30 de ese mes se le detectaron esos síntomas de
fiebre "no muy alta y astenia", en la definición de Alemany. Siguió
haciendo su "vida normal" hasta el 5 de octubre, cuando fue atendida por
los servicios del Summa 112 al encontrarse peor.
En
ese tiempo no estuvo aislada y siguió con su "vida normal", según ha
indicado el director. El gerente del hospital de La Paz, Rafael
Pérez-Santamaría, ha justificado este proceder argumentando que "existe
un periodo silente durante el cual no hay carga viral suficiente como
para detectarse". En cambio, la misionera Juliana Bonoha, que llegó a
España con pruebas negativas junto al misionero Miguel Pajares, estuvo
21 días aislada en el Hospital Carlos III para cubrir la fase de
incubación de la enfermedad.
El exdirector de Salud
Pública del Ministerio de Sanidad, Ildefonso Hernández, contrapone que
"por principio de precaución, aunque los síntomas no fueran muy claros,
debería haberse puesto a
esta persona en aislamiento".
"El umbral no es matemático", ha añadido refiriéndose a la temperatura
de la sanitaria. También ha analizado que, siendo la infectada una
profesional, "es de suponer que haya tomado precauciones".
Las autoridades sanitarias han manifestado que están "haciendo una
lista de los contactos" que esta técnica y su marido han mantenido desde
que dejó de trabajar. Aunque no han especificado dónde ha estado el
matrimonio durante estos días. Sobre la manera en que contrajo la
enfermedad, Sanidad no tiene aún respuestas. "Se está investigando el
mecanismo". Han asegurado que no tienen "constancia de que hubiera algún
accidente".
La paciente será tratada en el Hospital
Carlos III. El personal del Summa 112 que atendió a los 30 sanitarios
que estuvieron con el sacerdote tendrán "vigilancia epidemiológica", ha
dicho Alemany. Este lunes por la noche, la Consejería de Sanidad de
Madrid ha convocado a los sindicatos del sector. Allí no han podido
especificar por qué se la ingresó en el hospital de Alcorcón, más allá
del hecho de que sea vecina de esa localidad. "No debería haber acabado
allí", especifican fuentes de esa reunión. "Eso es lo que hay que
averiguar ahora, en qué está fallando la cadena", añaden.
Algunos trabajadores de la Fundación Hospital Alcorcón han contado que
"no ha habido información" y se han quejado de estar enterándose de todo
el asunto "por la televisión y los mensajes de móvil". La jornada ha
sido de locura en este centro hospitalario, según relatan los
trabajadores: "La gente de admisión quería tirar los teléfonos de la
cantidad de llamadas...". Con todo, al final, la auxiliar debe ser
tratada en el Carlos III, como los otros dos enfermos que vinieron a
España.
El Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid,
Javier Rodríguez,
ha insistido en que la auxiliar de enfermería contagiada de ébola
"ocultó" información relevante sobre lo sucedido al no informar de que
pudo haber un error en el cumplimiento del protocolo al producirse un
posible contacto del guante con su cara. "Hay información que ha
ocultado, ella no dijo nada cuando llamó (al Carlos III) de que podría
haberse producido ese contacto porque si lo hubiera dicho el primer día
se hubieran tomado otras medidas", ha explicado Rodríguez en una
entrevista en la SER.
El responsable autonómico ha reconocido que
las declaraciones realizadas ayer en las que acusaba a la auxiliar de enfermería de mentir no fueron "afortunadas"
pero ha reiterado que la enferma "no ha dado toda la información que
tenía". En este sentido, el consejero ha recordado que "el protocolo
dice que hay que alarmarse cuando la fiebre es superior a los 38,6
grados, si no se ha producido un error se considera de bajo riesgo. Si
ella hubiese dicho que se había producido ese contacto el resultado
hubiese sido distinto y no lo había dicho nunca".
Para Rodríguez lo que "está claro es que ella
ocultó información
no se con qué objeto pero hasta ahora no contó esa posibilidad".
Asimismo, se mostró convencido de que "algo ha pasado porque si no fuese
así, no se hubiese contaminado y eso se puede garantizar".
Ha hecho hincapié además en el
cumplimiento "escrupuloso" del protocolo que
"es una normativa que se aplica en todos los países y que dice que hay
que tomar la temperatura dos veces al día y sospechar si se pasa de los
38,6 grados".
En cuanto a la posibilidad de asumir
responsabilidades en el caso de que se demuestre que hubo errores por
parte de los responsables sanitarios y políticos, se ha mostrado
dispuesto a hacerlo. "Si tengo que dimitir dimitiría, yo llegué a la
política comido y bien comido y no tengo ningún apego al cargo.
Soy médico y afortunadamente tengo mi vida resuelta", ha concluido el consejero.
Ha precisado, no obstante, que "si de todos los errores que se
cometen en Madrid el responsable es la Comunidad se estaría cambiando
continuamente de administración;
las personas cometen errores y muchos pacientes tienen enfermedades contagiosas y el médico las tiene que tratar".
La verdad es no esperaba ni remotamente que
la carta que mandé ayer
sobre el ébola y las medidas de protección que utilizamos en Sierra
leona fuera a tener tanta repercusión, pero en el fondo me alegra la
respuesta. Pienso que demuestra el interés por parte de la gente por ver
las cosas desde otro punto de vista. He recibido muchos correos y
comentarios, muchísimos, en serio, la mayoría de apoyo a la labor que
hacemos y agradeciendo que explicara las cosas de otra manera. También
hay algunos no tan amistosos acusándome de querer aprovechar la
coyuntura para subirme al carro (¿?) y hacer leña del árbol caído. La
verdad es que desde siempre respeto a todo el mundo y todas las
opiniones. Creo que tengo una mente abierta gracias en parte a los más
de 20 años que llevo trabajando en ayuda humanitaria de emergencia en
más de 20 países. Conocer tantas culturas y gentes diferentes enriquece y
te abre la mente
en canal. Mi única intención ayer era
explicar lo que aquí, donde está la enfermedad en toda su amplitud,
hacemos para luchar y protegernos contra ella.
No entro en
política, no juzgo si se debía o no trasladar a los enfermos a España,
no sé nada de la historia del perro que ha sido sacrificado, no sé si
está bien o mal, no quiero entrar en esas polémicas, lo único que puedo
decir es que aquí en Sierra Leona no se sacrifica a los animales de las
personas infectadas. Quizás son razones culturales o de economía
doméstica. He comentado el tema con compañeros de la OMS (Organización
Mundial de la Salud) y me dicen que no hay reglas ni protocolos que
obliguen a ello, a no ser que se demuestre que el animal está infectado,
pero quizás en España la normativa de Salud Pública obliga a ello.
No
pensaba escribir más ni seguir con el tema, pero he leído una carta de
mi colega Juan Manuel Parra, el médico que atendió de urgencia a Teresa,
y creo que es un valiente de verdad y quiero darle ánimos y mandarle
todo mi apoyo.
Cuando he leído tu carta no me podía creer lo que
contabas, no daba crédito a tantas "infracciones o descuidos" en las
medidas y protocolos estándar de protección y aislamiento. No voy a
meterme en el juego de ir uno por uno criticando, intento ser
constructivo, aunque algunos piensen que me aprovecho de la situación.
Solo te voy a decir lo que hacemos aquí, y voy a adjuntar un diagrama
del centro de aislamiento que hemos montado en Bo, la segunda ciudad del
país, como ya mencionaba ayer.
Cualquier unidad sanitaria que esté dedicada a recibir o tratar
enfermos de ébola, ya sean sospechosos, probables o confirmados (son las
tres categorías que manejamos) dentro o fuera de una estructura
sanitaria mayor (por ejemplo, dentro de un hospital), sigue
obligatoriamente unas reglas en relación con la infraestructura, el
flujo de personas y el personal que trabaja en ella.
Se
establecen claramente dos zonas, de bajo y alto riesgo, totalmente
aisladas del resto de la estructura sanitaria. En las zonas de alto
riesgo, se ingresa a los pacientes en diferentes salas, según son
sospechosos, probables o confirmados. Y es donde se realiza la toma de
muestras. Las extracciones de sangre para los tests se realizan en la
zona de alto riesgo por personal cualificado y debidamente protegido, y
son trasladadas al laboratorio bajo estrictas medidas de aislamiento y
seguridad, siguiendo protocolos de la OMS y CDC (Centro de Enfermedades
Transmisibles de Atlanta).
Todo lo que se utiliza en las zonas de
alto riesgo (material médico, trajes de protección, vasijas y
recipientes de plástico, etc.) que no pueda ser debidamente lavado y
desinfectado (como los pijamas sanitarios que utiliza el personal, las
botas de goma, las gafas -
googles-, delantales y guantes de
caucho, etc.) se destruye en la misma zona de aislamiento: nada,
absolutamente nada, sale de la unidad.
No está permitido el acceso, ni siquiera en la zona de bajo riesgo,
si no es personal del mismo o debidamente autorizado. Nadie,
absolutamente nadie, entra en la zona de alto riesgo sin llevar
correctamente colocado (supervisado por un compañero) el traje de
protección (nivel 4) y nadie sale de la zona de alto riesgo sin seguir
estrictamente el protocolo y las medidas y reglas (por riguroso orden)
que hay que seguir y que son supervisadas por dos técnicos, uno que está
continuamente desinfectando con espray de agua clorada y otro que está
solo para recordar las reglas y el orden, a todo el mundo, incluso a los
que entran todos los días 2 o 3 veces.
Creo, Dr. Parra, por lo
que relata en su informe, que muchas de estas normas y protocolos que
aquí seguimos no se cumplieron en el centro donde usted trató a la
paciente. Es usted un valiente por contarlo y por aceptar
voluntariamente la posibilidad de estar infectado, y tiene todo mi
respeto y admiración. Muchas personas, incluidos colegas, deberían tener
su valor y aceptar errores (si los hubo) para empezar a buscar
soluciones (si se necesitan).
Quiero aprovechar este medio para hacer un comentario sobre algo que he leído hoy y que todavía no acabo de creerme.
He
leído que el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid (no me
molesto en poner su nombre) se permite la licencia de hacer un chascarrillo sobre si para colocarse un traje hay que hacer un máster.
Discúlpeme usted, caballero, pero ni es gracioso ni oportuno, ni mucho
menos ayuda para nada al problema. Es cierto, nosotros, que nos
colocamos el traje, no hemos hecho un máster. Porque es verdad, no es
necesario. Quizás para ser consejero de Sanidad sí es necesario, pero ya
he explicado que no es una cosa sencilla y banal como da a entender, y
mucho menos depende de la capacidad de aprendizaje.
Sr.
consejero, está usted fuera, muy fuera, a muchos pueblos de distancia de
la realidad. Lo menos que puede hacer es pedir perdón, porque ofende a
mis colegas (ignoro si usted lo es) y se permite hacer juicios e ironías
jocosas cuando la vida de una (o más) personas está en juego. ¿Va usted
a dormir más tranquilo pensando que Teresa mintió y que los trajes de
protección (PPE) son solo para listos? Como decía mi admirado Jose
Mota, "va usted a la....."
El Gobierno rechazó el ‘plan B’ del Ejército para asumir la crisis del ébola con sus expertos NBQ
El Gobierno rechazó el ‘plan B’ del Ejército para asumir la crisis del ébola con sus expertos NBQ
Críticas: se rompió la cadena de aislamiento,
utilización de personal no entrenado, se mandó a casa a personas que
estuvieron con el enfermo. Propuso montar un hospital de campaña en
Torrejón y fue descartado
La investigación sobre la cadena de errores
que llevaron al contagio de ébola de la enfermera Teresa Romero ha
puesto al descubierto otra novedad: el Gobierno dispuso de un ‘plan B’
ofrecido por el Ejército y no lo aceptó. Una alternativa que, según los
expertos en NBQ, habría garantizado un “protocolo blindado” que
garantizaba el ‘riesgo cero’ de que el virus fuera trasmitido a
personas.
Fuentes militares expertas en materia NBQ (nuclear, bacteriológico,
químico), a las que ha tenido acceso El Confidencia Digital, revelan
que desde el Ejército se planteó
al Gobierno desechó que fueran efectivos de las
Fuerzas Armadas, especialmente entrenados y cualificados internacionalmente,
quienes gestionaran el tratamiento a los dos religiosos repatriados
infectados de ébola. Sin embargo, la propuesta resultó rechazada y se
decidió que el ministerio de Sanidad se hiciera cargo del asunto.
Reunión de expertos en bioseguridad
Las fuentes consultadas relatan que, en los primeros días de agosto, se produjo una
reunión por videoconferencia
entre representantes de los ministerios de Sanidad, Defensa e Interior y
de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Se contó con la
aportación de expertos en materia bioseguridad, entre ellos, militares.
En esa 'cumbre' quedó cerrado el protocolo para la repatriación y tratamiento de
Miguel Pajares, el primero de los misioneros infectados por el virus durante su estancia en Liberia.
Tras adoptar primero la decisión de retornarlo a España, se pusieron sobre la mesa las
posibilidades de actuación una vez el paciente estuviese en territorio nacional.
El
Gobierno decidió que fuese el ministerio de Sanidad
quien tomara el control de la operación, y quien, por tanto, se haría
cargo del ingreso y tratamiento del paciente en un hospital de
referencia en Madrid.
Pese a que el
Carlos III,
el centro especializado en enfermedades tropicales, no estaba habilitado
al cien por cien, las autoridades sanitarias civiles confirmaron en ese
encuentro que los medios técnicos y humanos estarían disponibles en ese
hospital antes de la llegada del ‘paciente cero’.
Se desechó la opción militar
En esa reunión, responsables de
Defensa pusieron sobre la mesa un ‘plan B’:
que fueran expertos militares en materia NBQ se ocuparan del caso, con
sus propios protocolos de actuación, y movilizando para ello
medios y efectivos de la
Escuela Militar de Defensa NBQ (Hoyo del Manzanares, Madrid), de la
Unidad Militar de Emergencias (con base en Torrejón), del
Regimiento NBQR 'Valencia' Nº 1, y de la
Unidad de Apoyo Logístico Sanitario
Se trata, explican a ECD las fuentes militares, de las
unidades más preparadas a nivel nacional ante este tipo de amenaza.
La propuesta, por causas desconocidas para
ECD, fue rechazada.
Un protocolo “mil veces ensayado”
Sin embargo, sí se aprobó que fuera la
Unidad Médica de Aeroevacuacióndel Ejército del Aire
(UMAER) la que, con aviones del Grupo 45, procediera a rescatar al
misionero en Liberia, y lo mismo se aplicó con el segundo desde Sierra
Leona.
Esta decisión, relatan las fuentes consultadas, se tomó al ser la
UMAER
la única unidad capaz de llevar a cabo esta misión en máximas
condiciones de seguridad. De hecho, añaden, el Ejército del Aire tiene
un protocolo “
mil veces ensayado” desde hace décadas
para tratar casos similares. En esta ocasión sólo hizo falta adaptar
ciertos aspectos del manual al caso del ébola.
“El
protocolo de seguridad en el traslado
no se rompió en ningún momento,
a la vista está que no hay ningún miembro de la UMAER o del Grupo 45
contagiados. Y eso que el traslado supone tener contacto durante horas
con un enfermo altamente contagioso, primero por carretera y después por
aire, en un espacio muy reducido. Todos los movimientos del equipo
médico
estuvieron supervisados por un teniente coronel de la Unidad”, explican fuentes militares que conocen de cerca la operación.
De hecho, cuando el
Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Fernando García Sánchez, fue preguntado por el operativo contra el ébola, se limitó a decir que los militares habían
“cumplido el protocolo”.
“Si haces eso, estás muerto”
Sobre las normas a la hora de
colocarse el traje de protección,
un militar con amplia experiencia explica que es necesario “ponérselo y
quitárselo cientos de veces antes” para aprender a hacerlo en
condiciones de seguridad.
“Mientras aprendes a hacerlo,
tienes un mando detrás dándote una colleja cada vez que cometes un error. Te dice: ‘
Si haces eso en un caso real, ya estarías muerto’.
Un curso teórico de unas horas no es, ni mucho menos, suficiente”
concluye. "Y aún así es necesaria la ayuda de dos personas para
ponérselo o quitárselo”.
Otras fuentes explican que el personal militar dedicado a la lucha NBQ “está especialmente instruido para soportar las duras
condiciones físicas, y sobre todo psicológicas, que suponen el
uso prolongado delEPI (el traje de protección).
El personal militar llega a realizar simulacros y maniobras en los que hay que llevarlos puestos “
durante 8 horas casi ininterrumpidas. Y tras ellas debes quitártelo y desinfectarlo mientras te mueres de ganas por rascarte o te cae el sudor por la cara”.
Fallo principal: la ausencia de aislamiento
Uno de los principales errores que destacan los expertos militares consultados por El Confidencial Digital son los
fallos en la cadena de observación que debe aplicarse a todos los sanitarios y personal que entre en contacto con los enfermos del virus.
Los
manuales NBQ que utilizan las unidades españolas especializadas incluyen entre sus prioridades las denominadas “
contramedidas sanitarias”: una escrupulosa aplicación de precauciones higiénicas entre el personal que entra en contacto con agentes infecciosos.
Entre las medidas que se indican se encuentra el
ROM (Restriction Of Movement,
restricción de movimiento) de todos aquellos efectivos que puedan haber tenido un contacto directo o accidental con el virus.
Se aplica una plan de vigilancia máxima durante un largo periodo de tiempo, que incluye
pruebas médicas cada 48 horaspara detectar si existen indicios de contagio
entre el personal. Pruebas a las que han sido sometidos –y continúan
haciéndolo- los miembros de la UMAER que participaron en las dos
repatriaciones.
“
A ningún mando se le ocurriría mandar a su casa, con su familia, a un militar que ha estado en contacto con
material químico o biológico potencialmente letal”, afirman las fuentes militares consultadas
Un hospital de campaña en Torrejón con protección NBQ
Una
de las opciones que se barajó entre Defensa y el Estado Mayor, en el
caso de que el Gobierno encargase a los militares hacerse cargo de los
dos religiosos infectados, era la instalación de un
hospital de campaña con protección NBQ en la base de Torrejón, para iniciar allí el tratamiento, en espera de una mejora y un posible traslado a otras instalaciones.
Otra
posibilidad estudiada también fue el traslado a otra instalación
militar preparada, e incluso que los enfermos fuesen tratados en Paterna
(Valencia), sede del
Regimiento RNBQ Nº1.
“En cualquiera de estos casos
se habrían reducido considerablemente los riesgos de exposición, al no tener que introducir a un ‘paciente cero’ en una instalación sanitaria civil” explican los expertos militares.
Materiales adecuados a la amenaza
Las
fuentes a las que ha tenido acceso ECD destacan también que las
unidades especializadas en NBQ de las Fuerzas Armadas disponen de
estaciones avanzadas de descontaminación,
duchas químicas, y equipos de protección individual (EPIS) de alta protección.
Incluyen máscaras con
cartuchos filtrantes HEPA,
capaces de impedir el paso a partículas de hasta a 0,06 micrómetros (el
virus del ébola tiene un tamaño de 0,1 micrómetros de largo y 0,08 de
diámetro).
De hecho, todo este material, así como los procedimientos, han de superar
profundas revisionesy exámenes periódicos por parte de la
OTAN.
Y lo logran. “Es difícil que, tras uno de esos exámenes, los
inspectores internacionales no pongan alguna pega, algo que se pueda
mejorar. Lo que
se busca es la excelencia”.
El Confidencial Digital desvelaba en 2008 una
advertencia de la OTAN a las unidades NBQ españolas, en las que ponían en entredicho la efec
tividad “limitada” de los trajes de protección militares. Poco después, el problema se superó con la adquisición de material más moderno.
Un operario se quita el mono de protección en plena calle tras limpiar el piso de...
Los vecinos de la urbanización en la que vive la enfermera
contagiada han captado cómo uno de los operarios que ha limpiado la casa
de Teresa se quita el mono al salir del portal y sin tomar ninguna
precaución.
Ayer vimos que los protocolos son seguros. Aquí vemos como la
furgoneta que trasladaba el cuerpo de Excalibur ya sacrificado (del que
no se sabrá si estaba cont
agiado) estaba
acorazada con bolsas de basura en las ventanas. El chofer y el
copiloto, en manga corta y con una mascarita de 1 euro.
T O D O B I E N , E I N N ? ? ?